Investigadores de la Universidad Nacional resolvieron un dilema en física de 30 años


Juan Diego Urbina (izq.) y Thomas Dittrich aseguran que el éxito de su grupo de estudio está en abarcar temas que no se estudian en los grandes centros, con los cuales es difícil competir.
Federico Puyo / EL TIEMPO

El grupo, dirigido por el alemán Thomas Dittrich, halló una manera de interpretar fenómenos físicos que concilia la física clásica y la cuántica.

Que un grupo de investigadores resuelva un dilema de la física que antes se consideraba insoluble no es algo que ocurra con frecuencia. Que lo haga un grupo colombiano es mucho más improbable.

Pero ese fue precisamente el logro del equipo de investigación Caos y Complejidad, de la Universidad Nacional.

Aunque las cuatro páginas que explican su hallazgo parezcan escritas en un idioma extraterrestre, por su alta calidad están incluidas en la edición de febrero de la revista de física más importante en el mundo, Physical Review Letters.

El problema que resolvieron es sencillo y exageradamente complejo a la vez.

La física clásica o tradicional y la que estudia lo que ocurre a nivel atómico manejan lenguajes diferentes. Incluso la segunda, llamada física cuántica, ha puesto en tela de juicio los supuestos de la primera.

Y hallar una manera de interpretar fenómenos físicos que concilie las diferencias entre las dos ha sido una tarea de los científicos desde la década de los treinta.

Tras ocho años de trabajo, el grupo diseñó una “propuesta de lenguaje o escenario común con el que se pueden desarrollar las dos teorías con base en los mismos conceptos”, explica Thomas Dittrich, docente alemán coautor del estudio.

“Hay ramas de la física que funcionan muy bien en su propio ámbito: explican el movimiento de los planetas o el de los electrones, pero el reto está en mezclar esos dos mundos a ver qué pasa, y en ese punto se obtiene información clave sobre cómo funciona la naturaleza”, agrega Juan Diego Urbina, miembro del grupo, conformado hace 10 años.

“Es difícil publicar en una revista tan prestigiosa por la calidad que se requiere. Trabajamos tras paredes con grafitos y bajo techos con goteras, pero aquí se hace ciencia de punta”, asegura Dittrich.

La meta ahora es aplicar el hallazgo en áreas como la electrónica y la computación. “Pero estamos lejos. Faltan por lo menos 20 años para dar ese salto“, agrega el investigador.

Un hallazgo clave para la ciencia

"Un grupo de la Universidad de Harvard había dicho en 1976 que el problema no se podía resolver. Pero nosotros, en la U. Nacional, lo hicimos”.
Thomas Dittrich, investigador del Departamento de Física de la UN.

ÉDGAR ALFONSO
ESPECIAL PARA EL TIEMPO

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