La imagen de Ramón Badía se aparece de repente entre los toneles de roble en los que se añeja el Ron Viejo de Caldas. Federico Ríos Ramón Badía, el padre de la fórmula de uno de los tragos más famosos del país, es el personaje central de la nueva atracción de la Feria de Manizales.
Muchos años después de su muerte, de la que sólo se sabe que ocurrió en Cuba, Ramón Badía, el catalán que en 1928 inventó la fórmula del Ron Viejo de Caldas, se aparece entre los toneles de una bodega de la Industria Licorera de ese departamento.
Su intención no es asustar a nadie, sino que los visitantes le sigan un apasionado relato de 15 minutos acerca de cómo creó el sabor de uno de los rones más famosos del mundo.
Al final de su historia, se esfuma entre la oscuridad de la bodega, donde –cuentan– su fantasma sigue reuniéndose con sus contertulios y sacando ron de los toneles.
Badía, o mejor el actor de un video que se proyecta sobre una pantalla colgada al frente de una montaña de toneles de ron, es el personaje central del Parque Museo del Ron, que fue inaugurado ayer en uno de los actos especiales de las bodas de oro de la Feria de Manizales.
Con acento catalán, el padre del Ron Viejo cuenta como utilizó su experiencia como alquimista en Cuba para llegar a la fórmula del licor símbolo del departamento de Caldas. Una voz en ‘off’ apoya la narración de Badía y explica el proceso de producción del trago, desde cómo se consigue la materia prima hasta su envasado, pasando por la fermentación de la caña, la destilación y el añejamiento en barriles de roble traído especialmente de Noruega.
Los visitantes pueden conocer, además, etiquetas antiguas del Ron Viejo, la publicidad en los periódicos de la época y las botellas y las máquinas donde Badía realizaba las mezclas que hicieron famoso su licor.
Durante la Feria, la entrada tendrá un costo de 3 mil pesos. Y después, el Parque Museo del Ron estará abierto para grupos de visitantes o durante eventos especiales.
FERNANDO UMAÑA MEJÍA
Corresponsal de EL TIEMPO
MANIZALES
Un sabor reconocido en el mundo
El año pasado, 80 años después de haber inventado la receta, Ramón Badía repitió su cuarto de hora de fama, pues su creación recibió un reconocimiento mundial que le valió ingresar a las ‘grandes ligas’ de esta clase de licores.
En septiembre del año pasado, el Ron Viejo de Caldas recibió en Bruselas (capital de Bélgica y de la Unión Europea) el Premio al Sabor Superior, reconocimiento otorgado por el Instituto Internacional de Sabores y Calidad (Itqi, su sigla en inglés), un organismo independiente que busca promover la excelencia de los alimentos y las bebidas.
El jurado –30 jefes de cocina y ‘sumilleres’ (encargados de los licores en los grandes hoteles y restaurantes)– calificó con dos estrellas sobre tres al Ron Viejo con 5 y 8 años de añejamiento.