El café mejor pagado de Colombia lo produce un campesino de Suaza (Huila)



Se trata de Isaías Cantillo, quien vendió a 19,20 dólares la libra, un precio 17 veces mayor al que pagan en el exterior por el grano de nuestro país. Su cafetal es de apenas tres hectáreas.

Cantillo se enteró el pasado miércoles de que su café, el que siembra hace 17 años en la finca La Esperanza, tiene aroma de jazmín. También supo que su producto es de "acidez brillante, cuerpo balanceado, con sabor dulce de vainilla y caramelo, de nota cítrica y de sabor final prolongado".

Se enteró durante un almuerzo que cocinó su esposa, Milbia Jacobo, para el gerente del Comité de Cafeteros del Huila que, por primera vez, visitaba su apartada finca para felicitarlo por el récord que impuso el pasado 12 de abril en los precios de venta de Café de Colombia en el exterior.

Y es que ese día, mientras Isaías le picaba pasto a la única vaca que tiene. después de limpiar las tres hectáreas de su cafetal en la vereda Divino Niño, un centenar de compradores de café en el mundo le hacían click a su nombre en la pantalla de los computadores que, a esa hora y conectados vía Internet, cerraban la subasta organizada por la Alliance for Coffee Excellence.

A la una de la tarde, y después de tres minutos en los que no hubo más ofertas, el café de Isaías fue vendido a 19,20 dólares la libra a las firmas norteamericanas Stumptown Coffee Roasters y Terroir Coffee.

Él, un campesino con alma de aventurero que se pasó media vida cogiendo café de pueblo en pueblo, entre Caquetá, Huila y Tolima, y la otra haciendo casas de bahareque en los descansos que le daban sus cultivos de café en Suaza, no pudo estar al tanto de la subasta, pues no sabe inglés y confiesa sin asomo de vergüenza que no lee ni español de corrido y que escribe en jeroglíficos que solo él entiende. Pero es un profesional en su trabajo.

Por eso se ganó el derecho a que su café participara en la subasta, después de ganar el primer lugar en la quinta versión del concurso 'Taza de la Excelencia', realizado el pasado mes en Bucaramanga y organizado por Alliance for Coffee Excellence y la Federación Nacional de Cafeteros.

El secreto

Pero, ¿qué tiene de especial el café de Isaías que logró superar en calidad a 401 productores del país que participaron en el concurso 'Taza de la Excelencia'? ¿Qué hizo que japoneses, europeos y americanos se pelearan sus lotes al punto de imponer un récord en el precio del café colombiano? El secreto parece no radicar en la capacidad del beneficiadero, que en este caso no mide más de tres metros, ni en la tecnología de la finca, pues Isaías lo más moderno que tiene es una moto vieja en la que sale al pueblo a comprar insumos.

Isaías da una simple respuesta, mientras se frota la cara con sus grandes manos: "El secreto es la paciencia y querer lo que se hace. Desde que yo era recolector, solo recogía los mejores granos, porque quería hacer bien mi trabajo y no tenía el afán de la plata, y así ha sido con las 84 casas de bahareque que he construido en esta zona".

Aparte del amor y la paciencia Isaías tiene otros truquitos: no deja que alguien diferente a sus hijos o él recolecten el grano, les pone ceniza a sus cultivos para alejar las plagas, tiene árboles sembrados por todo el cafetal para que esté bajo la sombra y, durante el despulpado, lavado y secado, sigue seleccionando las mejores pepas.

"Mi papá siempre ha sido muy "chocho" con el café y muy estricto con nosotros a la hora del trabajo", dice Ferney, su segundo hijo.

Él le recriminó a su padre porque sacó una plata que tenía a interés y era para el sostenimiento de la casa porque se obsesionó con el concurso de la excelencia, y por escoger tantas veces el café. "Yo le decía que si seguía sacando granos nunca íbamos a completar los 2.000 kilos que nos pedían para el concurso. Por eso nos inscribimos el último día", agrega Ferney.

Rigoberto Ciceri, gerente del Comité de Cafeteros del Huila, reconoce que Isaías siempre ha sacado café de buena calidad y ha vendido por encima del precio. "Es muy cuidadoso, y además goza de un excelente clima y una altura perfecta para el cultivo: 1.800 metros sobre el nivel del mar.

Según la Federación Nacional de Cafeteros y el Comité de Cafeteros del Huila, la venta en tan alto precio del café de Isaías demuestra simplemente que la calidad paga.

Eso es lo que les ha enseñado Isaías a sus hijos y no confía en los recolectores que revuelven granos maduros con otros que no están listos. Se levanta todos los días a las 5 de la mañana a limpiar su cafetal.

"La gente dice que el café ya no da plata, pero yo no estoy tan convencido de eso, voy a seguir con lo mío para demostrar que el cafecito sí nos puede dar la mano. Por lo menos a estos cinco muchachos (sus hijos), todos estudiados, sí que se las ha dado mi café".

Trabajo de familia

  • Isaías seleccionando los granos con su esposa y sus hijos. Ellos antes le reprochaban que escogía demasiado y por eso era difícil llenar un saco.
  • En esta humilde casa de una vereda de Suaza se disfruta del café que, según los expertos, tiene un sabor dulce de vainilla y caramelo, prolongado.
  • La taza de café de Isaías ganó el premio a la excelencia en Bucaramanga en marzo pasado. Compitió con 401 productores del grano de todo el país.

JORGE ELIÉCER QUINTERO
ENVIADO ESPECIAL DE EL TIEMPO
SUAZA ( HUILA)